Fuimos un día a McDonald's y al otro día estábamos descompuestos los dos. El médico nos recetó una dieta desabrida durante diez días.

Sin embargo, por unas cuántas semanas evité llevar a Ale de nuevo a comer hamburguesas. Dado que a la salida del colegio pasamos por uno de esos locales infernales que exiben impúdicamente sus publicidades en la calle, Ale inistió en entrar y la madre, cruel e inflexible, dijo que no.

La comparación con su santo padre, progenitor de sí fácil y penitencias flexibles si los hay, no se hizo esperar:

- ¡El otro día fui con papi a ManDonalc's (sic) y no me dió dieta!

- Ale, ¿me acompañás a votar?
- ¿Para qué?

- ¿Viste mamá? Los días que hace frío como hoy, cuando hablamos las letras se convierten en humito.

El intruso - QEPD- probablemente escapaba de la ola de frío. Paradógicamente, fue a morir atrás de la heladera.
El niño me observa barrerlo hacia la palita. Curioso, pero a conveniente ditancia.

- ¿Qué es eso?
- Es un grillo muerto. ¿Querés verlo?
- No, me da miedito.
- Bueno.
- A mí me dan miedo los insectos parecidos.
- ¿...?
- Porque las cucarachas y los grillos sos parecidos. Son como de la misma familia.