Camino a la escuela, jueves, 7:50 AM. El chofer venía escuchando música.

A mí se me movía el piecito solo escuchando los acordes de Black in Black. Miro de reojo y lo veo a Ale cabeceando y rasgando una guitarra imaginaria. Miro de vuelta, no lo puedo creer. ¡Tenemos una tercera generación de fans de AC/DC en la familia!

- ¿Te gusta esta música?, le pregunté.
- Sí, me dijo. Y yo exploté de emociones: ternura, orgullo, nostalgia de viejos recuerdos... Quise hablarle del recital al que siempre esperé poder asistir y de como me dí el gusto de verlos. Quise transmitirle la euforia de la multitud, hablarle del cesped de River que temblaba, de la fiebre que se respiraba en el aire esa noche de diciembre el 2009...

Y entonces él agregó algo que yo, definitivamente, no esperaba y para lo que no estaba en lo absoluto preparada:
- También me está empezando a gustar Daddy Yankee. 

Y, no queda espacio a duda: me tarareó esta canción.

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