Hora de la merienda.

Alexei tomaba el te con leche haciendo mucho ruido al sorber. El tema ya era irritante, y encima estábamos de visita en el peor lugar donde un niño puede hacerle eso a su progenitora: la casa del novio. :P

Para colmo de males, la escena transcurría frente a la madre, el padre, hermanos, cuñadas y sobrina del caballero en cuestión.

Patearlo por debajo de la mesa no hubiera servido, y mis miradas caníbales eran pasadas por alto.

- Ale... - yo ya tenía los dientitos apretados - Por favor, no hagas ruido al tomar el té.
- ¿Por qué? No hay nadie durmiendo.

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